Si alguna vez has sentido que no eres suficiente y que, pese a tus esfuerzos, algo te frena desde dentro, es posible que esa voz interna tenga un origen más profundo. En este artículo, desvelamos ese origen y te mostramos cómo empezar a enfrentarlo.
¿Te sientes así?
A veces, por más que lo intentas, esa pequeña voz dentro de ti sigue diciéndote que no eres lo suficientemente bueno. Puede aparecer en el trabajo, cuando presentas un proyecto o recibes elogios, pero también en tu vida personal. Quizás sientes que no estás a la altura en tu relación de pareja o que no eres suficiente para tu familia, por más que te esfuerces. Incluso después de lograr algo importante, algo te hace sentir que todo es un error, que en cualquier momento los demás descubrirán que no mereces estar donde estás. Esta sensación constante de no ser suficiente, que sabotea tanto tu vida profesional como personal, no surge de la nada.
Esa voz tiene un origen más profundo
Detrás de esta inseguridad se esconde algo más profundo: el síndrome del impostor. Aunque muchas personas no lo reconocen inmediatamente, esta sensación de fraude interno tiene raíces que van más allá de la simple falta de confianza. Descrito por primera vez en mil novecientos setenta y ocho por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes en su estudio sobre mujeres de alto rendimiento, este fenómeno afecta a individuos de todos los géneros y ámbitos. Y lo más importante, esa voz interna no está diciendo la verdad, aunque pueda parecer muy convincente.
Las manifestaciones del síndrome del impostor
Inseguridad constante: A pesar de los logros y el reconocimiento externo, persiste una duda interna sobre la propia valía.
Miedo a ser descubierto: Crees que en cualquier momento los demás se darán cuenta de que no eres tan competente como aparentas ser.
Perfeccionismo y sobresfuerzo: La necesidad de ser perfecto lleva a esforzarte en exceso, sintiendo que cualquier error es una prueba de que no eres suficiente, lo que genera una autoexigencia extrema.
Procrastinación: Algunas personas posponen tareas importantes por miedo al fracaso o a no cumplir con las expectativas, lo que alimenta la sensación de no estar a la altura.
El vínculo con la neurodiversidad
Hay personas que ven el mundo de una manera diferente. Tal vez te sientas identificado si a menudo piensas fuera de lo común o si te cuesta encajar en las formas tradicionales de hacer las cosas. Quizás te sucede que, al tener ideas creativas y soluciones innovadoras, los demás no siempre las comprenden o valoran. Esta capacidad para ver lo que otros no ven, aunque es una fortaleza, puede hacerte sentir que no encajas o que estás fallando, sobre todo cuando tus ideas no son fácilmente aceptadas.
Si sientes que tus maneras de pensar y crear no son bien entendidas, es posible que esa diferencia esté en la base de las inseguridades que experimentas. A menudo, esta sensación de no pertenencia está relacionada con un tipo de diversidad cognitiva que afecta cómo procesas el mundo y te enfrentas a los retos. Este fenómeno, conocido como neurodiversidad, no es un defecto, sino una manifestación de las muchas formas en las que el cerebro humano puede operar, y puede ser la razón detrás de la voz que te dice que no eres suficiente.
Cómo empezar a enfrentar esa voz interna
Si te identificas con estas manifestaciones, el primer paso es reconocer que esa voz interna no está diciendo la verdad. Superar el síndrome del impostor requiere tiempo, pero hay formas de empezar a callar esa voz:
Replantear los pensamientos: Comienza a cuestionar esas creencias limitantes y reemplázalas por afirmaciones más realistas sobre tus habilidades.
Reconocer tus logros: En lugar de minimizar tus éxitos, aprende a valorarlos como frutos de tu esfuerzo y talento.
Hablar sobre ello: Compartir tus sentimientos con otras personas que también hayan vivido esta experiencia puede ayudarte a normalizarlos.
Buscar apoyo: Un mentor o coach puede ayudarte a obtener una perspectiva externa y guiarte hacia una mayor confianza en ti mismo.
Conclusión
Esa voz que te dice que no eres suficiente no define quién eres. Si constantemente dudas de ti mismo, sientes que no encajas, o que tus ideas y maneras de pensar no son comprendidas, es posible que estés enfrentando algo más profundo. Este sentimiento de inseguridad puede estar relacionado con la forma en que ves y procesas el mundo, algo que muchas personas experimentan sin saberlo. El síndrome del impostor puede, en algunos casos, estar ligado a la neurodiversidad, ya que las mentes que piensan de manera diferente a menudo se sienten desconectadas en un entorno que no siempre valora esa diversidad.
Reconocer este patrón es el primer paso para desactivar esa voz interna. A medida que entiendes que esa diferencia es una fortaleza, puedes empezar a callar las dudas y a confiar más en tus capacidades. Recuerda que no estás solo en esta experiencia, y que el pensamiento diferente puede ser la clave para abrir nuevas posibilidades y soluciones.
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